Sí al verano

Sí a las vacaciones. Aún en pandemia. Levantarte sin despertador. Aún a la misma hora. Fu-e-go. No hacer planes, decidir desayunando si ir a la playa o a la montaña. ¿Qué pájaro ha sido ese?. Poner botellas con agua en el congelador. Embadurnarse de aftersun con aloe y olor a «verdureta». Comer sin hambre. Pintar sin tener todos los colores. Discutir lo justo. Saber que es irreal, pero no querer que se acabe. Jugar un partido con amiguis.

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Probar helados nuevos. Preferir los viejos. Comprar algo de vajilla. Beber de noche. Beber de día. Leer en la hamaca y sentir que se te van quedando los pies fríos. Sudar a mares. Obviar los mensajes que te llegan con informaciones preocupantes de los rebrotes. Esos malditos mosquitos que te joden la siesta. A mí ¡fijate tú! que nunca duermo siesta. Cuidado con eso que son ortigas. Comprar lotería de navidad a medias. Poner a secar los escarpines al llegar a casa. Las toallas ya están secas. ¿A qué jugamos esta noche? ¿otra vez a las muertes absurdas?. Dame verano que quiero morir, dame verano.

Vamonos de veraneo

Bueno, bueno, bueno, como está el patio. Parece que nuestra entrada en la cuarta semana de confinamiento, que no confitamiento, nos esta sentado regular tirando a mal. Me guardo el texto apocalíptico que estaba preparando y mejor vamos a algún tema más ligero. ¡Vacaciones! Por favor vamos a evadirnos un poco, pensemos en el verano, en que todo estará bien y podremos hacer el canelo a gusto. A ver si somos una sociedad vencedora, con anticuerpos y resiliente igual nos dejan ir al extranjero. Entonces deberíamos ir a Portugal, que se lo debemos. ¿Dónde? Eso ya entra en debate. A mi así a bote pronto me sale El Algarve, pero vamos que me adapto a lo que digáis, que he visto poco y seguro que hay otros sitios maravillosos. Del Algarve sólo me da miedo que nos pongamos a jugar a los trenes, a la ciudadelas o lo qué descubramos, que nos echemos unos chupitos del Ricard portugués y mientras tanto los niños durmiendo en una habitación al lado. Sí, ya sé lo que se os ha pasado por la cabeza ¡Madeleine!. Pero bueno creo que buscando una casa con rejas en las ventanas, o poniéndoles a los pequeños cascabeles en muñecas y tobillos, podemos estar tranquilos. Ana Influencer E. búscanos un chalet destartalado cerca de la playa. Te puede ayudar Sergio P. que es rastreador en redes de olfato fino. Yo ya tengo ganas de estar allí. Oye y si no nos dejan salir, pues pasamos al planbe, que hasta hace bien poco era el plana, nos damos un garbeo por el norte y a perfeccionar nuestra técnica para coger olas. Venga por favor, se abre la veda, ¡se opina de los destinos desde ya!.

Vacaciones (Santillana)

Que bien se está cuando se está bien. Nos dimanches. Decir mucho más, sobra. Que bien cuando luce el sol en la playa. Reirse sin venir a cuento, no hacer cuentas, ni hacer de nada. Mansiones de veraneo venidas a menos en cualquier pueblo (aunque sea inventado), de costa. Olas, espuma, toalla de Bob Esponja, viento, arena, bandera roja, ostras, la tabla de surf de la Hello Kitty y sal. Muchos amigos, siempre hay alguien que entra y alguien que abandona. Que si aquí veraneo Coco Chanel, el Churchill pintó un cuadro, que si Napoleón III plantó ese pino, que si la mantequilla engorda. Anda ponte un Kir y busca tu rincón a la sombra.

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Ocupado

Estoy haciendo algo. Casi nunca no hago nada. ¿Ya dije lo de descomplejizar verdad? es que eso es lo que me gustaría, pero a veces la vida es complicada. ¿O nos la complicamos?. Hay cosas que flotan, que revolotean alrededor como moscas y claro uno se cansa de espantarlas. Tengo que quitarme. Tengo que darme de baja. Tengo que decir que no a eso. Tengo que terminar de una vez lo otro. Mierda ¿por qué habré cogido esa llamada?.

Y así se me pasan las semanas. Baja a la playa. ¿Viste lo de los loros?. Sube a las montañas. ¿Ya hay nieve?. Ya llega.

De Carnon-plage a Le Peuple sobre l’Herbe

Todo el fin de semana bebiendo Ricard y pasando por el jacuzzi. Reencuentros salpicados de tres besos, playa, concierto, canoa. Impagable el ratico entre burbujas escuchando clásicos de la canción francesa bajo las estrellas, ¡D-E-L-U-X-E!. A todxs gracias. Nos ha quedado explorar los intercambios de Cap d’agde y el museo de la Facultad de Medicina, pero siempre esta bien dejarse algo para la próxima visita.