¿Quién traerá flores a nuestras tumbas?. ¿Quién?. ¿Serán naturales o de plástico?. Igual para entonces ya han inventado un plástico incorrompible, que durará forever, no perderá el color y en el que ni siquiera se cagarán las moscas. Oye y a todo esto ¿tendremos tumbas? ¿dónde? ¿para qué?.
Mañana habría venido Natalia por la tarde. Se quedaría a dormir en casa. Nos habríamos ido a cenar a una terraza. Pronto, para ir a dormir temprano.
Nuestra cita era al día siguiente en Zaragoza, a las 9 de la mañana.
Habíamos pensado en avisar a Desiré, para ir las tres en el coche. Sonia, no sabía muy bien si se desplazaría con toda la familia a Zaragoza el día anterior o ella sola.
Llegaríamos justas de hora, tal y como me dijo Mamen, para evitar nervios extra. “Ya saludaremos al salir“, me había dicho.
Imaginé ese día miles de veces. Creía que iba a llegar pletórica, como cuando fui a defender mi trabajo de fin de grado. Cuando estaba tan preparada que lo único que cabía era el triunfo. Y así fue.
El 10 de mayo sin embargo no será.
Tengo la fecha señalada desde que empecé el calendario…
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Como decía por aquí el otro día, es pronto para saber hasta que punto el Corinavirus va a producir cambios en nuestra sociedad, ni los efectos que the confitament, el cierre de espacios públicos y la posterior distancia social, tendrán en nuestro comportamiento. Es todo tan novedoso, tan, tan novideoso… que se está diciendo de todo estos días. Por hablar que no sea. Lo que parece claro, bueno según la OMS, es que en algunos aspectos si que habrá una nueva realidad, el virus no desaparecerá y tendremos que convivir con él y aprender a cómo interrumpir la transmisión.
La pregunta que está en el aire es la de ¿cómo llegar a un nuevo escenario, sin demasiadas cicatrices en lo personal, en lo social, en lo económico?. En esto último creo que a nuestro país nos costará algo levantar cabeza, nuestra dependencia del turismo va a pegarnos una buena bofetada. Dicen que viajaremos menos, que se ha terminado eso de que no haya fronteras y otros predicen el fin del turismo low cost. He leído por ahí que la mayoría de las economías tardarán entre dos y tres años en regresar a los niveles de producción anteriores. Dicen que incluso las multinacionales van a tener que plantearse dónde producen, que han descubierto lo peligroso que es sumar dependencia y lejanía. ¿Entonces vamos hacía la localización de las empresas y la independencia de producción? ¡Umh! A estas alturas de la globalización y con el nivel de población que tiene el mundo, la autosuficiencia local no es que parezca del todo viable. Además de que eso acarrearía renuncias, que no se yo si la gente esta dispuesta a hacer en sus hábitos de consumo. A pesar de que el otro día con una amiga renovábamos nuestro deseo de simplificar nuestras vidas (total al final te mueres igual), y hacer más cosas pegadas a la realidad y las necesidades básicas… no sé yo si realmente he pensado lo que eso me supondría.
Y de la Unión Europea, whatever will be will be? que curioso Holanda (que ahora se llama Países Bajos), el país que más férreamente se ha opuesto a los eurobonos (que tampoco penséis que sé muy bien que son), es precisamente el país elegido por muchas multinacionales para pagar menos impuestos. Veo que algunos países parece que reaccionan y tienen propuestas interesantes, Dinamarca y Polonia han anunciado que excluirán de las ayudas públicas a las empresas que tributan en paraísos fiscales. Pero me da la sensación, de que cada uno va a su bola. No sé si serán capaces de poner de acuerdo políticas comunes como en el pasado. Ojalá nos sorprendan y es que muchos intuyen (sí, tú también), que la clave está en la redistribución de la riqueza. ¡Que vienen los comunistas!, venga que tiemble la sinrazón y los profetas neoliberales, pero es que es estúpido que haya riqueza y que no seamos capaces de socializarla, todos sabemos que parte de ella se esfuma en los entramados para evadir impuestos y otro tanto en la corrupción… pues empecemos por allí. Pero bueno yo esto de la economía lo dejo, que me viene grande. A ver que me hago de cena. Cuidaros mucho, tomad un poquico el sol. Sonreídle a la pandemia.
Leo en la última carta de Ana Influencer E. que en su barrio salió un tipo a las 21h. para la cacerolada esa que convoca el partido del vómito verde. También habla de Williamsburg y del comienzo de la era de Acuario (gracias por tus cartas, le ponen color y sentimiento a mis desayunos), pero bueno que no es de esto de lo que quería hablar. De lo otro de las caceroladas. Porque yo que no me entero de nada, no sabía ni que eso estaba convocado y hace unos días, recostado en la cama jugando a mi juego de pececicos en el móvil comencé a oir un ruido. Como ya sabeis que mi vecina escucha jotas, y ve no sé cuantas misas al día (esto no os lo había contado), pensé que sería ella… pero no, venía del patio interior, de algun edificio lejano. Era como me imagino que sonará Rachell cuando le pega a su sarten con la cuchara de madera. Así que me asomé a la ventana (tristemente no tengo balcón), para no ver a nadie. Pero allí estaba el ruidito. Al poco vi que otra gente salío para increpar al causante o causanta de esta pequeña perturbación. Tampoco entendía lo que decían pero empecé a olerme algo. Así que entré en las dichosas redes sociales y averigué de qué se trataba. Mira, si no quieres salir a aplaudir no salgas, estamos en un país libre (dentro de las miles de restricciones que tenemos), pero que vayas de listo o lista, que sepas más que las autoridades sanitarias, que las personas que asesoran al gobierno, que los expertos en epidemiología, que los que saben interpretar gráficas como Sergio P. y los que saben de gestionar crisis… pues mira como que no. El gobierno habrá hecho cosas mal, sure! pero no me quiero ni imaginar lo que podría haber sido esto con otro tipo de gobierno en el poder. El cuñadismo es la verdadera pandemia de este país. Y si esto es el futuro (Mme. Puisac que voy…), resulta que es una mierda.
Y recordad amiguis, en vuestras RRSS, no seais altavoz del fascismo, no discutais con ellos que su mensaje de odio no llegue a ningún sitio. Si queremos combatir al fascismo ¡aislémoslos!. Tacha al facha.
Otra vez sábado. Otra vez una mañana entretenida con el desayuno y la prensa y el resto del día para lanzarlo al fondo de la papelera. Que hartura. Y como se preveía, venga dos semanas más. En fin, que seguimos dónde estábamos y seguimos teniendo que improvisar rutinas y buscar no sé muy bien donde las ganas. La OMS cifraba ayer en más de un millón los contagiado en todo el mundo. Mas de 10.000 muertos en nuestro país, de los que más de 3500 en centros de mayores. Diez autonomías ya han aplazado la selectividad a julio. Italia concede aprobado general a sus estudiantes. La alcaldesa de Amsterdam ha prohibido la circulación pos sus canales a partir de este domingo. Mientras en Suecia los niños siguen acudiendo al colegio y la juventud a la universidad. Y no hemos hablado de Yéqueda. El futuro era esto y sí amiguis, el futuro es una mierda. Special K por favor, diseña una camiseta.
Mi amiga Susana tiene dos marcos de fotos, distintos pero ambos con ribetes dorados, en el mueble del salón. A ver, tiene más marcos de fotos pero de estos llama la atención que están en un lugar destacado y que ninguno de los dos contiene nada. Ni foto, ni dibujo, ni una hoja de ginkgo. Me gusta la idea. Susana tiene reservado el espacio para enmarcar grandes momentos que sin duda le depara el futuro. Hay que tener confianza en que viviremos momentos golden, que merecerá la pena guardar en el recuerdo.
Que sí, que hace días que no escribo nada. Y no será porque no me hayan pasado cosas. Aunque ahora que lo pienso… tampoco me pasan tantas. Pero yo le doy al coco. Y es que mi cabeza casi siempre va por delante de mí. Tanto que a veces las cosas sólo se desarrollan allí. Castillos de cartón que con estas ventoleras, están condenados a volar como la paja. Estos días he tomado alguna que otra decisión importante y visito con frecuencia el hospital. «El Provincial». Allí hay una delgada línea entre la vida y la muerte. Yo observo y me siento un poco funambulista. Funambulista. Que palabra.
Y hace días que quería hablar de Sinead O’Connor, que es una de mis debilidades. Ya sé que es un personaje un poco denostado y caricaturizado por la prensa. Que sí, que seguramente es una tía inestable, que no acaba una polémica en su blog y ya tiene la siguiente preparada, luego esta lo de su boda express en Las Vegas, su abrazo del sacerdocio anglicano, su viaje de ida y vuelta al lesbianismo, sus ingresos en psiquiátricos… «una joyica». Pero yo quería hablar de música. De ese tipo de música donde se da una extraña mezcla de fuerza y vulnerabilidad al mismo tiempo, sí otra funambulísta. Y es que en 2012 saco un pedazo de disco How about I be me (and you be you), con una portada horripilante, que no puedo dejar de escuchar últimamente. Sobre todo hay una canción, Queen of Denmark, que me encanta. Es una versión del tema que da nombre al primer disco en solitario de John Grant (ex-cantante de The Czars), que no solo parece hecha a su medida por este arrollador comienzo,
Quería cambiar el mundo / Pero ni siquiera podía cambiarme de ropa interior / Y cuando la mierda estaba de verdad de verdad fuera de control / Me llegaba hasta el nacimiento del pelo / Que sigue retrocediendo igual que mi autoestima.
si no que además está a la altura de alguno de mis temas preferidos de su repertorio (Jonhn, I love you, Last day of our Acquaintance, This is a rebel song, Troy, Fire on Babylon…). Estos días Sinead O’Connor también es noticia en nuestro país porque va a ser la encargada de inaugurar (el 19 de julio) la XIX edición de 2013 del festival La Mar de Músicas. Y parece que el concierto promete, de hecho su vuelta a los escenarios ha ido muy celebrada, sin ir más lejos su actuación en el programa música de Jools Holland en la BBC fue considerada por los telespectadores de la BBC como la mejor del año. Mientras en el festival primo de las montañas pirenaicas, actuarán los de siempre. Bueno y Manel y el experimento de La Pandilla Voladora. ¡Ah y el de la guitarra!. Tampoco esperábamos mucho más. Que envidia. Vuelvo al alambre.
Don’t know what to want from this world
I really don’t know what to wan from this world
la vida es una tómbola 
